Vivir en zona serrana

Vivir en una zona donde diariamente veo sierras y campo es un deleite permanente. Yo camino 200 metros y me encuentro en el campo, tropezando con piedras, matas, árboles, cruzando a los animales que corretean por doquier. Veo las vacas mugendo mansamente o mientras mastican pasto sin cesar, rumiando. Continúo caminando y estoy sobre la sierra, roca tras roca, piedra sobre piedra. Luego vuelvo sobre mis pasos y cruzan ante mi vista los chicos que regresan de jugar  a la  pelota, o caminan riendo, molestándose en esa forma como sólo lo hacen los jóvenes, con tanta frescura, entre improperios, a veces; algunos de aspecto garboso, otros, callados y tímidos, escuchando ensimismados a los otros. Otras, en cambio, caminan chicos y chicas, riendo, mirándose, haciendo chistes o bromas entre ellos. En cambio, los niños pequeños viajan con sus madres, aupa, o en sus carritos, tirados por su progenitora o algún hermanito, las conversaciones entrecortadas por las travesuras de los niñitos y los retos de las madres. 

Resulta gratificante estar rodeada de bellos lugares, con gente que aún sabe decir "Buenos Días", "Gracias", "Permiso", sentir la brisa  del aire, a veces fresca, a veces cálida, dependiendo del clima, las copas de los árboles moviéndose al vaivén de la misma, la brisa cantárina , moviéndose entre las hojas de las plantas, pasando rasante sobre el pelaje de las mascotas y jugando con la cabellera de la gente. Así, tan simple, vivir en la zona serrana.

De Juan Ramón Jiménez dedicado a Antonio Machado

ENTRE LA BRISA

(A Antonio Machado) 

Amistad verdadera, 

claro espejo en donde la ilusión se mira. 

Parecen esas nubes 

más claras, más tranquilas. 

Siento esta tarde de Moguer, Antonio,

tu corazón entre la brisa. 

La tarde huele a gloria,

el sol inflama fantasmales liras 

en un ocaso musical de oro, 

como de mariposa encendidas; 

liras altas y hondas, 

de cuerdas de ascuas líquidas, 

donde bandas de pájaros eternos,

irán a recojerse un día. 

Antonio ¿sientes esta tarde en Soria,

ardiente mi corazón entre la brisa?

  Entre las sierras, tarde hermosa, con un toque del calor de enero. El corazón atesora, la poesía acompaña.